Cada vez más estamos siendo victimas de una censura digital, gracias a políticos malinformados que se dejan llevar por artistas, empresarios o gobiernos imperialistas que parece que buscan entorpecer el intercambio de conocimiento.
Esas leyes primero te acusan de Pirata y criminal por copiar musica, por descargar cualquier material, te van a censurar y después si tenes suerte vas a poder defenderte.
Primero en España con la Ley Sinde, la cual a pesar de toda
la oposición se logro legislar. El resultado actual es que estan trabajando una
Ley Antidescargas.
En Colombia ahora estan lidiando con la
Ley Lleras criminalizando ese tipo de acciones que cualquier cibernauta realiza en su vida cotidiana. Se dice que @juanes apoya esta ley que todavia esta en proceso de aprobación.
Al ver todo esto es cuando digo: en Guatemala cuánto tardarán en copiar semejante idea? Con estos diputados tan huevones no me extrañaría que la aprobarán, sobre todo si le pones un nombre como
Ley de Economia Sostenible.
En Twitter:
Me despido con dos enlaces muy interesantes:
- el
Manifiesto de La Neutralidad de la Red.
- video de la
Declaracion de la Independencia del Ciberespacio, escrito en 1996, verán que tan válido es para nuestros tiempos 15 años después.
El texto completo esta aqui:
Declaracion de Independencia del Ciberespacio (texto)
Una Declaración de Independencia del Ciberespacio
por John Perry Barlow
barlow@eff.org
Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, yo vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido a los del pasado que nos dejeis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No teneis ninguna soberanía en el lugar donde nos reunimos.
No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquella con la que la libertad siempre habla. Declaro el espacio social global que estamos construyendo como independiente por naturaleza de las tiranías que estáis buscando imponernos. No teneís derecho moral a gobernarnos ni poseéis métodos de ejecución que tengamos verdadera razón para temer.
Los gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados. No habeis pedido ni recibido el nuestro. Nosotros no os hemos invitado. No nos conocéis, ni conocéis nuestro mundo. El ciberespacio no está dentro de vuestras fronteras. No creais que podeis construirlo, como si se tratara de un proyecto de construcción pública. No podeis. Es un acto de la naturaleza que crece de nuestras acciones colectivas.
No habeis participado en nuestra gran conversación colectiva, ni creasteis la riqueza de nuestros mercados. No conocéis nuestra cultura, nuestra ética, o los códigos no escritos que ya proporcionan a nuestra sociedad más orden del que podría obtenerse por cualquiera de vuestras imposiciones.
Proclamais que hay problemas entre nosotros que necesitáis resolver. Usáis esto como una excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolveremos por nuestros propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Este gobierno se creará según las condiciones de nuestro mundo, no el vuestro. Nuestro mundo es diferente.
Ciberespacio está formado por transacciones, relaciones, y pensamiento en sí mismo, que se extiende como una onda estacionaria en la telaraña de nuestras comunicaciones. El nuestro es un mundo que existe a la vez en todas partes y en ninguna, pero no es el lugar donde viven los cuerpos.
Estamos creando un mundo donde todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento.
Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o el conformismo.
Vuestros conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto no se aplican a nosotros. Todas ellas se basan en la materia, y no hay materia aquí.
Nuestras identidades no tienen cuerpo, así que, a diferencia de vosotros, no podemos obtener orden por coacción física. Creemos que desde la ética, el interés propio y el bien común, nuestro gobierno emergerá. Nuestras identidades pueden distribuirse a través de muchas de vuestras jurisdicciones. La única ley que todas nuestras culturas reconocerían es la Regla Dorada. Esperamos ser capaces de construir nuestras soluciones particulares sobre esa base. Pero no podemos aceptar las soluciones que están tratando de imponer.
Estais aterrorizados de vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendais a vuestra burocracia las responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros. En nuestro mundo, todos los sentimientos y expresiones de humanidad, desde las más viles a las más angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar el aire que nos asfixia del aire que sostiene nuestras alas.
En China, Alemania, Francia, Rusia, Singapur, Italia y los Estados Unidos, estais intentando rechazar el virus de la libertad erigiendo puestos de guardia en las fronteras del Ciberespacio. Puede que impidan el contagio durante un pequeño tiempo, pero no va a funcionar en un mundo que pronto será cubierto por los medios que transmiten bits.
Sus cada vez más obsoletas industrias de la información se perpetuarían a si mismas proponiendo leyes, en América y en otros lugares, reclamando posesión de la palabra por todo el mundo. Estas leyes declararían que las ideas son otro producto industrial, menos noble que el hierro oxidado. En nuestro mundo, todo lo que la mente humana pueda crear puede ser reproducido y distribuido infinitamente sin ningún coste. El trasvase global de pensamiento ya no necesita de sus fábricas para llevarse a cabo.
Estas medidas cada vez más hostiles y colonialistas nos colocan en la misma posición de aquellos amantes de la libertad y la autodeterminación que tuvieron que rechazar la autoridad de un poder lejano e ignorante. Debemos declarar nuestros "yos" virtuales inmunes a vuestra soberanía, aunque continuemos consintiendo vuestro poder sobre nuestros cuerpos. Nos extenderemos a través del planeta para que nadie pueda encarcelar nuestros pensamientos.
Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberespacio. Una que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado.
Davos, Suiza
08 de febrero de 1996